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Argentina 2009: Entre disoluciones y oportunidades. 1ra Parte

(El presente artículo ha sido elaborado a partir de las desgrabaciones de la charla desarrollada el 25 de junio de 2009, en CASA XI. Debido a su extensión, el material será presentado en tres partes).

"Como nuestros objetivos no son elevados sino ilusorios, nuestros problemas no son difíciles sino absurdos…" (Ludwig Wittgenstein. 1889-1951).

Vamos a hacer un panorama de lo que está sucediendo hoy en Argentina intentando no quedarnos hechizados en el estricto momento presente sino aspirando a tener cierta perspectiva del proceso cíclico en el que está inserto este presente, tanto hacia el pasado como hacia el futuro.

Claves estructurales de la carta natal de Argentina.

Primero quería formular los que, desde mi perspectiva, resultan los nudos y focos más significativos de la carta de Argentina. Vamos a sintetizarlos en cinco núcleos. A cada uno de ellos los presentaremos desde tres planos: su significado energético o vibratorio, su experiencia psicológica y su vivencia arquetípica.

Un primer núcleo estaría constituido por:

  • Sol en Cáncer en Medio Cielo.
     
  • Luna en Capricornio en casa IV.
     
  • Sol oposición Luna.

Desde lo energético y vibratorio. Capacidad de sostén interno. Contacto con las necesidades de protección, nutrición y contención. Calidez y sensibilidad afectiva ajustada a necesidades.

Desde la traducción psicológica. Sentimiento de carencia afectiva. Demanda extrema de contención. Austeridad y defraudación emocional. Esfuerzo para ser querido.

Desde la vivencia arquetípica. Niño solitario. Padre protectivo y austero. Paternalismo conservador.

Otro núcleo sería:

  • Ascendente en Libra.
     
  • Júpiter en casa I.
     
  • Venus regente del Ascendente en casa IX.

Desde lo energético y vibratorio. Capacidad de apertura y expansión. Búsqueda de verdad, belleza y justicia. Confianza en la trascendencia religiosa. Búsqueda de sabiduría.

Desde la experiencia psicológica. Sentimiento de extrema confianza. Credulidad y ostentación. Dogmatismo de ideales y creencias. Negación de lo oscuro.

Desde la vivencia arquetípica. Ilustrado progresista. Sabio religioso esteta.

El siguiente núcleo cuenta con:

  • Escorpio en casa II.
     
  • Nodos Lunares de Sagitario-casa II a Géminis-casa VIII.
     
  • Transpersonales en casa II.

Desde lo energético y vibratorio. Recursos extraordinarios y abundantes. Generación de recursos en vínculos transformadores.

Desde la experiencia psicológica. Fe en los recursos. Generar sin esfuerzo, sin tener que vincularse. Generación imprevisible de recursos. Comodidad y exceso de confianza en lo propio.

Desde la vivencia arquetípica. Providencia divina. Productor abundante.

Un cuarto núcleo estaría compuesto por:

  • Neptuno en Sagitario.
     
  • Júpiter en Escorpio.
     
  • Plutón en Piscis en casa VI.
     
  • Neptuno cuadratura Plutón.

Desde lo energético y vibratorio. Sensibilidad a la transformación. Sensibilidad a la potencia. Capacidad de regeneración  por empatía con niveles trascendentes.

Desde la experiencia psicológica. Fundamentalismo mágico. Fascinación por la muerte y el renacer. Hechizo por rituales de purificación. Búsqueda de sentido en el dolor.

Desde la vivencia arquetípica. Mago-brujo. Víctima propiciatoria. Chivo expiatorio. Tótem.

Y, por último, consideremos el siguiente núcleo:

  • Saturno en Acuario en casa V.
     
  • Saturno oposición Marte en Leo en casa XI.

Desde lo energético y vibratorio. Estructuras creativas e innovadoras. Planificación del cambio. Organización práctica de visiones intuitivas de futuro.

Desde la experiencia psicológica. Estructurarse contra la ley. Ley como obstáculo a la expresión autónoma. Desafío a la autoridad en pos de utopías.

Desde la vivencia arquetípica. Idealismo revolucionario. Hijo rebelde. Autoridad imprevisible

Cada uno de estos núcleos nos habla de nuestra naturaleza como país, de cualidades constitutivas a nuestra estructura como nación. Como toda cualidad, cada uno de ellos puede expresar un talento o poner de manifiesto su déficit, ciertas interpretaciones distorsionadas de ese potencial.

En el núcleo canceriano-capricorniano el talento es la capacidad de contacto y de calidez, la preponderancia de lo íntimo, lo interno. En nuestro folklore, en nuestra cultura, aparece en una nota nostálgica, intimista. De un modo deficitario, puede dar cierto complejo de aislamiento, de soledad, de lejanía, de no sentirse reconocido, de requerir que "alguien" suministre aquello que se necesita para la supervivencia. Esto se manifiesta en la necesidad de ser guiados por un líder carismático, protector, paternalista. Depositamos muchas expectativas -quizás excesivas- en la acción de una figura que, por su carácter providencial, patriarcal y paternalista, es idóneo para satisfacer nuestras necesidades. Esto da un tono un tanto celoso y conservador. Es el folklore tradicional y también el tango, por supuesto. Andar solo, la nostalgia por lo perdido, la "tierra adentro", la madre abnegada. Es una mezcla de Gardel con Los Chalchaleros… (risas).

Bien distinto resulta el núcleo jupiteriano-venusino. El tono energético es de búsqueda de conocimiento, de expansión, de excelencia en el saber. El placer por el conocimiento, por lo estético, por lo bello, por lo armónico. La sensación de un destino de progreso, de esperanza, de abundancia y de confianza. La importancia de todos estos temas fue muy importante en cierto momento de la historia Argentina, aunque hoy pareciera que se trata de otro país. Nuestra sensación es que por algún motivo esto se ha perdido o se encuentra un tanto extraviado. Quizás porque hemos abusado de su expresión menos virtuosa: una combinación de elitismo y exceso, creernos mejores que los demás pueblos de América, suponer que vivimos en una abundancia sin límites. Una especie de ingenuo fanfarrón que ostenta "sabérselas todas".

Luego tenemos ese tercer núcleo muy centrado en los recursos naturales. Reúne características vinculadas con la casa II y con los transpersonales, que subraya un potencial de recursos extraordinarios que va mucho más allá de lo que quizás podamos darnos cuenta.

El hechizo del sacrificio purificador y la lógica del enemigo.

Pero son los dos últimos dos núcleos los que me interesa subrayar. Parecen estar de moda en la actualidad... (risas). Uno sería el que combina a Neptuno, Plutón y Júpiter. Su significado energético es bastante complejo. Habla de un inconsciente colectivo muy intenso, muy potente, muy vivo y activo. En su modo de manifestación menos talentoso, esto tiene que ver con cierto culto al sacrificio, a la inmolación, de cierto atractivo inconsciente por lo destructivo e incluso, de modo un más aún perverso, por la autodestrucción. Al respecto, anote algunas frases que, más allá que las recordaremos en boca de políticos o en libros de historia, forman parte de nuestro inconsciente colectivo:

 "Viva la Patria, aunque yo perezca".

"Muero contento. Hemos batido al enemigo".

"Dejar en la lucha jirones de mi vida".

"Serás lo que debas ser o no serás nada".

"A los tibios los vomita Dios ".

"Hay que ser violentos sin perder la ternura".

"El país nos pide todo, demos todo con valor".

"Cirugía mayor sin anestesia".

"Yo o el caos".

Somos terribles… (risas). La mayoría de estas frases combinan la muerte con lo justo, el bien con entregar la vida. La muerte, entregar la vida, alguna forma de destrucción es lo que da sentido a la existencia. Sin inmolación hay complicidad con el mal. La entrega en sacrificio purifica, casi santifica. Deliberadamente omito los autores de esas frases, porque no se trata de una cuestión ideológica, de derecha o izquierda, de ideales reaccionarios o progresistas, sino de un profundo y activo hechizo inconsciente, entidades casi fantasmales capaces de tomar de pronto a nuestra conducta consciente colectiva. La muerte parece liberar de la culpa, la culpa de estar vivo, de no haberse entregado en sacrificio cuando otros sí lo hicieron, la culpa de la supervivencia. La culpa de no ser como San Martín, como Cabral, como Alem, como Evita, como el Che, etc., etc., etc… Estar vivos con semejantes ejemplos es síntoma de que "estamos haciendo algo mal", porque si estuviéramos haciendo "lo que debiéramos hacer" entonces tendríamos que estar sufriendo alguna forma de pasión redentora. Todo esto habla de una notable fascinación por la muerte y el sacrificio, una poderosa atracción por encarnar la víctima propiciatoria.

Parece obvio que resignificar la carga inconsciente y emocional de este delicado núcleo es fundamental. Y lo es aún más en este momento histórico a partir de lo que sugieren ciertas claves astrológicas por ciclos. Este contenido psíquico de nuestro ser colectivo excita, en su modo más patológico, fantasías de autodestrucción o el exterminio.

Hay en nosotros un alto hechizo de redención por sacrificio, una necesidad inconsciente de salvar al país transformándolo a partir (pidiendo disculpas por lo escatológico de la imagen) de una gran purga colectiva. Y esa purificación salvadora puede ser tanto propia como de otros, "entregarnos en sacrificio" u "ordenar el sacrificio". El supuesto vigente desde este núcleo es que existe el bien y el mal, los justos y los perversos, y que para ser "el maravilloso país que somos" los malos y perversos no deberían existir. Cierto grupo, cierta clase, cierta ideología es identificada como aquello que nos impide vivir en felicidad.

En mi opinión, estamos viviendo tiempos históricos en los que este supuesto inconsciente, este hechizo vigente en nuestro psiquismo colectivo, merece la pena ser revisado.

El núcleo que resta considerar es funcional al anterior (neptuniano-plutoniano-jupiteriano) y antagónico con el primero que enunciamos (canceriano-capricorniano). Se trata del agrupamiento saturnino-acuariano-marciano. Siendo potencialmente la capacidad de generar estructuras creativas y vitales, en su modo menos virtuoso refiere al hecho de hacer estructura en la trasgresión a la ley, en la rebeldía a los mandatos.

Mientras que el Sol en Cáncer y en Medio Cielo propone una fidelidad incondicional a la ley del caudillo, no a una ley objetiva sino a la palabra sabia y paternal de la figura protectora, desde Saturno en Acuario opuesto a Marte se valora la desobediencia y rebelión contra aquella voluntad del líder paternalista devenido ahora en tirano. Este núcleo define la realidad a partir de lo opuesto a lo que ha definido el polo conservador. Se trata de un polo vanguardista revolucionario. Si en el folklore asociábamos al núcleo canceriano-capricorniano con Los Chalchaleros, en este ubicaríamos a Mercedes Sosa. Podemos imaginar que un hipotético concierto de Mercedes Sosa con los Chalchaleros habría significado una "flor de alquimia"…(risas).

Quisiera que nos detuviéramos a observar la funcionalidad entre los núcleos canceriano-capricorniano y saturnino-acuariano-marciano. Ambos generan una circulación polar, un juego de antagonismos que se refuerzan mutuamente, y ambos también son altamente sensibles al hechizo del núcleo neptuniano-plutoniano-jupiteriano de purificación redentora a partir de la exclusión definitiva del otro. Es algo que podemos ver en nuestra historia, y más precisamente en los últimos tiempos: la vigencia de una disposición a quedar atrapados en la lógica de la batalla, de relacionarnos en términos de aliado o enemigo, una forma de vivir los vínculos demonizando al otro, llegando a extremos patológicos de justificación de su extermino.

Y esto es algo que va mucho más allá de identidades ideológicas. La frase "a los enemigos ni justicia" ha sido pronunciada o actuada desde la más reaccionaria derecha hasta progresistas referentes de los organismos de derechos humanos. ¿Podemos tocar lo aberrante de esta frase, todo el horror, muerte y dolor que puede justificar? ¿Podemos sentir lo psicotizante que resulta escuchar en boca de una autoridad de los derechos humanitarios frases como "a un traidor, como a un enemigo, ni agua"?

Reparemos en la paradoja de que esta sociedad, tan sensible al exterminio del otro como modo de purificación, es una entidad nacional con Ascendente en Libra. Somos una nación que tiene como aprendizaje el saber vincularse con el otro. Somos una nación que tiene que aprender a compartir con otros, vivir con el diferente. Sabemos que forma parte de la lógica del aprendizaje del Ascendente en Libra comenzar dividiendo el mundo en "amigos" y "enemigos". Es la sombra ariana del aprendizaje libriano. Y hasta que no se agote la creencia en esta lógica beligerante quizás no podamos acceder a niveles más creativos del Ascendente en Libra.

Por cierto, lo que estamos viviendo desde 2008 con el aumento del nivel de confrontación social tiene mucho que ver con la activa vigencia de este patrón. Quizás todos nos hayamos sorprendido de su vitalidad. Quizás creíamos ya superadas y como propias del pasado antinomias como "negros contra blancos", "oligárquicos contra pobres", "burgueses contra revolucionarios", etc. Todos estos intentos de polarización extrema que han sido incentivados desde el 2008 revelan que aún existe la creencia del supuesto de que "para que este país sea lo que debe o merece ser hay algunos que no tienen que existir". Y esto ya lo hemos visto claramente desde el comienzo de nuestra historia en la salvaje lucha entre caudillos, en los crímenes de la época de unitarios contra federales, en el exterminio de los pueblos originarios, en los desaparecidos, en los secuestros y asesinatos de las vanguardias revolucionarias… Podemos ver esta tendencia destructiva y excluyente desde todo ángulo ideológico, lo cual hace el panorama mucho más complejo porque cada grupo se siente justificado para llevar adelante sus fantasías de purificación redentora. Es algo que atraviesa en horizontal a la historia y que no es patrimonio de ningún sector ideológico o político en particular.

(Fin de la primera parte).