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Astrología y cuadros psicopatológicos (1ra Parte)

Alejandro Lodi

May De Chiara

 

Nuestro punto de partida consiste en el cuadro con que la psicología tradicional presenta y clasifica los desequilibrios psíquicos, concentrándonos particularmente en las más severas: las denominadas «psicosis».

Intentaremos ensayar algunas hipótesis acerca de su correspondencia con los indicadores astrológicos que hacen referencia a la dimensión transpersonal de una carta natal.

  • NEUROSIS
  • Histeria                                                                     
  • Neurosis obsesiva
  • Fobia  
  • PERVERSIÓN
  • Trastornos "borderline"
  • PSICOSIS           
  • Paranoia
  • Esquizofrenia
  • Maníaco-depresiva

 

¿Qué es la psicosis?

Nuestro trabajo trata acerca de la estructura más grave dentro de la psicopatología: la psicosis.

Esta estructura es radicalmente diferente de la neurosis y de la perversión. Los cuadros de psicosis son aquellos que tienen menor grado de estructuración psíquica. Es decir, refieren a las estructuras más frágiles y con sus complejos psicológicos (sus puntos de fijación) localizados en un período más temprano que en otros cuadros psicopatológicos.

En efecto, los puntos de fijación en la psicosis son pre-edípicos. Por eso, el grado de estructuración es menor, porque en la psicosis el principio de realidad va a estar desintegrado y va a haber cierta pérdida de unidad del yo, de las funciones del yo. En términos clásicos, en la psicosis el superyó nunca llegó a conformarse como una estructura fuerte y hay apenas un esbozo de yo fragmentado. Aquí la predominancia la tiene el ello.

Vamos a ubicar, en primer lugar, dónde está el conflicto en la psicosis. Si en la neurosis, el yo está avasallado por el ello, la realidad y el superyó, aquí el conflicto se da directamente con la realidad. Así, ante una frustración del mundo exterior, el ello cobra predominancia, avasalla al yo y éste se desconecta de la realidad.

Precisamente, la psicosis representa un cuadro gravísimo porque se pierde el contacto con lo real. Los psicóticos producen una realidad nueva, que tiene que ver con los síntomas principales de la psicosis: los delirios (que es una construcción de una realidad nueva) y las alucinaciones (que es la percepción de una realidad nueva).

Ahora bien, ¿qué cuadros psicopatológicos están incluidos en la psicosis?: la paranoia, la psicosis alucinatoria y la esquizofrenia. Además, vamos a incluir (por su gravedad y la desestructuración que representa, aunque no es una psicosis clásica) la psicosis maníaco-depresiva o trastorno bipolar.

Hagamos una aclaración. Vamos a analizar "cuadros patológicos" y no "rasgos de carácter o personalidad". Aunque la psicosis es un cuadro grave, eso no significa que cualquier persona no pueda sentirse identificada con un síntoma aislado de esa estructura, o que no posea como rasgo de personalidad alguna conducta o característica que ubiquemos en el cuadro. Así, en la cultura aparecen los rasgos de carácter "paranoico" o "delirante", y eso es material compartido con el cual podemos identificarnos "desde nuestra neurosis", es decir, desde un yo más estructurado, un yo que puede darle un sentido a la experiencia, o –en términos más astrológicos- un centro de identidad solar que puede organizar la experiencia sin que el síntoma lo desestructure. Por eso es importante diferenciarlo del cuadro psicopatológico de la psicosis.

 

Paranoia

Técnicamente, en la paranoia el punto de fijación está localizado en la etapa narcisista de la libido. Podríamos decir que hay una problemática con el yo, pero no es una patología narcisista que tenga que ver con "la imagen que doy a los demás", sino que hay un yo que se empieza a postular como centro.

Como dijimos, en la psicosis hay un conflicto con la realidad por el cual el sujeto empieza a delirar. Sin embargo, la paranoia representa un cuadro de menor desconexión con la realidad, ya que se trata de un tipo de delirio que lo une a los demás. Si bien en las otras psicosis hay delirio, aquí es el síntoma principal y el delirio resulta más sistematizado, más organizado.

La paranoia es una de las psicosis menos desestructuradas porque todavía hay un yo que opera en el mundo y que guarda alguna conexión con la realidad.

En la paranoia hay una manía de interpretación, es decir, que el paranoico descifra todo: un ademán, una puerta entreabierta, una sonrisa, un sueño. Lo que caracteriza este cuadro son estos dos indicadores: la certeza y la autorreferencia.

.- Respecto a la certeza. El paranoico no duda de lo que interpreta. Por ejemplo, llega a la casa y piensa que la mujer "lo está engañando con otro", y aunque encuentra a la mujer sola o no la encuentra, está seguro de lo que cree. Una persona neurótica dudaría. En la neurosis siempre existe un margen de duda, mientras que el psicótico tiene certeza, y esta certeza es inconmovible.

.- Respecto a la autorreferencia. El paranoico interpreta que todo lo que ocurre refiere a él. Por ejemplo, siente que "el comentario de un periodista por televisión" refiere a él, que ese periodista "le está hablando a él". Esto puede convertirlo en alguien muy peligroso, porque nunca se sabe qué puede interpretar. Como no está conectado con la realidad, tiene un pensamiento muy personal y original que resulta imposible de deducir.

El delirio más común es la «celotipia». Se trata de "una situación amorosa de dos" que se convierte en "una situación amorosa de tres", en donde uno de los miembros de la pareja tiene la certeza de que el otro le es infiel sin tener ningún indicio cierto o cuando esto no ocurre en la realidad.

Otro caso es el «delirio erotómano». Se trata de la persona que se siente amada por un personaje famoso. El erotómano pasa por distintas fases: fase de esperanza de que eso suceda, fase de despecho y luego fase de rencor.

También existe el «delirio reivindicativo». Se relaciona con el "discurso jurídico" y aquí el sujeto está esperando "que se le repare un daño que le han hecho". Son personas capaces de sostener causas judiciales años y años, y lo logran justamente por estas características de certeza y autorreferencia.

El «delirio místico». Tiene que ver con aquellos que creen ser convocados para una tarea sagrada, que se sienten llamados a ser profetas, y que deben que aguardar el momento de ocupar ese lugar que les está reservado. El delirio místico se suele dar en fases posteriores del desarrollo de la vida, donde el sujeto puede compensar y, por eso, puede no resultar tan conflictivo y disolverse.

 

Psicosis alucinatoria

Es una psicosis más grave, porque aparece más temprano. La paranoia en general es una estructura que se desencadena después de los 30 ó 35 años. La psicosis alucinatoria es de más temprana aparición y, además, el sujeto está más a merced de lo que le pasa. El yo es más débil y desestructurado.

En este sentido, es clave destacar que el diagnóstico de una psicosis no se establece por el síntoma, sino por el grado de estructuración del yo. Toda persona puede presentar rasgos psicóticos, porque están en la cultura y todos nos identificamos con rasgos psicóticos y neuróticos. La diferencia está en el grado de estructuración del yo. Por ejemplo, estructuras con un yo que ha podido atravesar las etapas de la libido y elaborado el complejo de Edipo, son estructuras más equilibradas, más organizadas, pueden soportar una crisis sin desestructurar todo el psiquismo y hacer eclosión sólo en un área de la vida (por ejemplo, la pareja).

En el cuadro de la psicosis alucinatoria no solamente hay delirio, sino que hay cuadros de alucinación. El sujeto escucha voces, percibe que le transmiten pensamientos o que le leen la mente, se siente a merced del otro, etc. Hay una situación más pasiva que en la paranoia, y el sujeto percibe cosas que no logra entender qué significan.

Es una psicosis con más angustia y las alucinaciones pueden ser visuales, olfativas o gustativas, pero lo que las caracteriza es que tienen un toque bizarro. Estos cuadros son más desestructurantes, y si bien existe también delirio, el delirio cobra aquí un matiz fantástico de pensamiento mágico o primitivo.

 

Esquizofrenia

Es el cuadro más grave de la psicosis, porque la aparición es aún más temprana. Este cuadro se caracteriza porque hay un proceso de desintegración de la personalidad, que también se llama «disociación autista de la personalidad». Esquizo, significa "división". En todas las estructuras hay disociación, pero en la psicosis esquizofrénica llega a su máxima expresión.

El sujeto está emocionalmente fuera de la realidad. No existe contacto alguno, ni por medio del delirio, ni por medio de la alucinación. Retira toda su libido y puede permanecer estático y sin hablar, durante mucho tiempo. Si bien en el psiquismo humano siempre existe una disociación entre lo conciente y lo inconsciente, aquí el grado de disociación es máximo. ¿Qué es lo que se disocia? Lo emocional se disocia del cuerpo y de la mente. Aparece un cuerpo y una mente, sin emoción. El sujeto está indiferente, sentado, sin hablar. Pierde total contacto con la realidad y lo que puede observarse es un vacío emocional, visible en su cuerpo: su cara tiene una expresión de mueca, de ausencia de todo sentimiento, está rígido, robotizado, sus movimientos son bruscos, no responden a la situación que está viviendo.

En la esquizofrenia el sujeto está absolutamente desconectado. Es un paciente más robotizado. Su lenguaje también es estereotipado, y puede haber mutismo. No responde a las consignas, puede invertir las partes de las palabras, inventar palabras que no existen. Es el caso de los autistas. Se disocian de la emoción. Incluso hay que alimentarlos porque no comen. Pueden golpearse la cabeza, son peligrosos para sí y para otros. No tienen control sobre sus actos.

Este es el único cuadro en el que, aún existiendo recuperación, queda afectado el pensamiento, el lenguaje y lo emocional. En los demás cuadros, el sujeto puede pasar la crisis y retornar a una "normalidad". En cambio, en la esquizofrenia hay deterioro hasta la dementización. Antiguamente este cuadro se llamaba «demencia precoz», porque se dementizaba el paciente y por la aparición temprana que tiene. Puede aparecer hacia la adolescencia temprana. El cuadro con mejor pronóstico es la «esquizofrenia paranoide», porque a través del delirio el psicótico se vincula. Freud decía que el delirio es un intento de vinculación, un intento de restablecer un lazo y de curarse.

Algo importante que ocurre en la esquizofrenia es que se pierde totalmente la unidad del psiquismo. Desde el punto de vista astrológico, parece como si cada planeta funcionara por su lado, y por eso se habla de cuadro de «personalidades múltiples» o «esquizofrenia». Es una especie de disociación múltiple de la personalidad.

 

Psicosis maníaco-depresiva o trastorno bipolar

El trastorno bipolar clásico es un trastorno grave y no hay que confundirlo, por ejemplo, con una ciclotimia leve. El cuadro del trastorno bipolar se llama «circular», porque se caracteriza por tener ciclos. Tiene dos polos, un polo maníaco y un polo melancólico. Pero se habla de enfermedad cuando ocurre un episodio y el otro. Un maníaco es melancólico y el melancólico es maníaco,  es una polaridad.

Empecemos por el «polo melancólico» o, como se lo reconoce actualmente, «depresión». No es la depresión que uno usa en el lenguaje común y que se caracteriza por el trastorno del humor. En la melancolía, hay una baja de energía, hay una disminución de energía disponible. Se caracteriza por una inhibición de las funciones psíquicas (el lenguaje, la atención, la memoria, la percepción, etc.) y de la actividad motora. El sujeto va lento, no tiene fuerza. Todos estos cuadros se presentan con trastornos somáticos (cefalea, fatiga, dolores musculares, hipocondría) y si aparece una enfermedad es aceptada con naturalidad.

Un punto importante es que en la melancolía existe un dolor moral: sentimiento de indignidad, autoreproches y culpa. Esto representa un plus en relación a la depresión común. El sujeto se culpa por todo, se siente carente de todo valor, se menosprecia, no tiene fuerza, tiene una sensación de anestesia afectiva, todo le da igual. Tiene una tristeza profunda por todo, casi no habla, no puede mantener la atención mucho tiempo. En general, no puede sostener el esfuerzo mental en ningún tipo de función psíquica. Por eso el cuadro es muy grave, y puede incluir intentos permanentes de suicidio. El sujeto puede no comer, no dormir o dormir mucho. La melancolía es la depresión más grave.

Por su parte, el «polo o fase maníaca» se presenta después de la melancolía, como una fase de liberación de energía, de liberación de pulsiones. Aquí se levanta la represión y por eso resulta el opuesto del polo anterior. Hay un estado de hiperexcitación de las pulsiones psíquicas. En lo motor, el sujeto está agitado, no puede parar de moverse, está eufórico, se siente pleno, con proyectos múltiples, con alta excitación sexual. Puede fumar y beber en exceso, no dormir en absoluto.

En el pensamiento, pueden presentarse muchas ideas a la vez, una asociación rápida, una idea atrás de la otra, recuerdos fluidos que no cesan. Puede estar disperso en la atención porque, en realidad, "está en lo suyo". El pulso está alterado, aunque el sujeto siente que está plenamente lúcido. Esta sensación de afluencias de ideas le hace sentir que está "pensando mejor y más que antes".

En definitiva, el sujeto se siente expansivo, eufórico, optimista. En relación a lo somático, adelgaza, no duerme, tiene hambre y sed todo el tiempo.

 

(Fin de la primera parte)