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Cuerpo y Astrología

Durante el 2001, hicimos en Casa XI nuestra primera experiencia semanal acerca de cómo vivenciar nuestra carta natal desde el trabajo corporal.

En años anteriores ya habíamos ensayado esta experiencia desarrollándola en jornadas prolongadas, tomando temas astrológicos específicos como patrón de arranque, de sostén, etc. Estimulamos la manifestación de ese patrón en los miembros del grupo y observamos su despliegue particular de acuerdo a cada carta natal.

 

A partir de esa experiencia, notamos que para poder profundizar en este vínculo entre la carta natal y su despliegue en el plano físico, necesitábamos en primer lugar continuidad en el trabajo con el cuerpo. Pero también era importante generar un marco grupal de confianza, que permitiera no sólo tomar conciencia de la dificultad en la asimilación de nuestra propia energía, sino también la posibilidad de procesarla pautadamente para poder detectar en qué parte del proceso se produjeron los cortes en la circulación.

En cada encuentro y con una dinámica que permitió abordar los temas cada vez con mayor profundidad nos metimos en elementos, polaridades, aspectos, etc.

Nuestro primer paso en el trabajo apuntó a abrir el cuerpo, aumentar el caudal de energía y vitalizarnos. En ese recorrido nos encontramos con la tensión, corazas musculares y patrones limitativos en la respiración.

Partiendo de un tema astrológico fuimos desarrollando cada encuentro en tres pasos:

 

  1. Ejercicios para facilitar que la energía se impregne dentro del cuerpo. Ello permite focalizarnos en promover la generación y circulación de un tipo de energía específica o en un área determinada del cuerpo, por ejemplo los brazos para ir a la acción.

  2. Despliegue del movimiento. Lo logramos cuando la energía vibra espontáneamente con una cierta potencia. Es aquí cuando liberamos ese pulso, generando una circulación que desbloquea y abre nuevos canales para su expresión.

  3. Ejercicios de contacto. A partir de ese despliegue se da la posibilidad de manifestar esa cualidad vibratoria en la interacción con otras personas del grupo. Acá se pone en juego la autoimagen, la idea que se tiene acerca de lo que se expresa, en contraste con lo que el cuerpo expresa frente a una determinada carga.

También exploramos juntos algunas formas de asimilación y distorsión física de la energía de los planetas transpersonales. Sabemos que cuando en nuestra carta natal hay un exceso de este tipo de energía la distorsión psicológica es inevitable. La conciencia en este juego de absorción y rechazo produce que estos excesos de intensidad se manifiesten en lo físico como tensiones, bloqueos y diferentes tipos de enquistamiento de la carga energética.

Resultó sumamente interesante el trabajo de detección de trabas corporales para la expresión de energías como la plutoniana. En principio, observamos cómo funciona cada individuo desde su posibilidad de registrar potencia. En un primer análisis básico tomamos en cuenta a los elementos fuego y tierra que nos contactan con el registro inmediato natural de encarnar y salir al mundo. 

En sucesivos encuentros, gestamos lentamente el registro de estos elementos a partir de diferentes tipos de trabajo. En particular, atendemos a la apertura del primer chakra básico, raíz fundamental para la posibilidad de registrar a Plutón desde el cuerpo.

Los chakras son centros de energía situados a lo largo de la columna y en la cabeza. Como antenas, recogen la gama completa de energía que entra en el campo de energía personal que se extiende hacia fuera, en capas más allá del cuerpo físico.

Cada uno de los siete chakras principales elaboran y distribuyen la energía que los penetra, de acuerdo con su frecuencia, a través de los diferentes nadis-conductores del prana. Trabajando a través de los cuerpos sutiles, transforman esas frecuencias en distintas impresiones particulares que hacen impacto en la persona. 

El primer chakra está asociado con la tierra, con las cualidades de resistencia y solidez. Cuando éste funciona bien, la persona es consciente de que su vida no está separada de la vida del planeta. Cuando estimulamos el trabajo con este centro de energía registramos con mucha claridad nuestra necesidad psíquica de disociar cuerpo-mente.

Si nuestro chakra básico no está abierto y alineado con el resto de nuestro sistema energético, sin duda la conciencia va a polarizarse ante el exceso de Plutón en la carta natal.

Para poder asimilar carga plutoniana tenemos que permitir en todos los planos de la vida que nuestro ser haga impacto en la tierra. Haciendo una analogía con nuestro cuerpo físico, la tarea sería -mediante el trabajo corporal- irnos amoldando a la idea de poner el fuego vital en la forma, sin quedar por ello insensibilizados.

Un tercer paso para trabajar esta polaridad fue practicar ejercicios de liberación de carga marciana, tanto desde la defensa del propio espacio como desde la conquista del espacio del otro. Si no hay deseo y acción en consecuencia con este deseo, la energía plutoniana no tiene posibilidad de manifestarse.

En la medida que fuimos trabajando todos estos elementos, se fueron habilitando registros adormecidos que produjeron una reacomodación visible en varios planos de la vida de algunas personas. 

Fue muy interesante percibir cómo, en el proceso del año, se fueron abriendo canales para poder registrar en lo físico la potencia del fluir vital.

Muchas veces pensamos que estamos bien plantados proyectando nuestra solidez en algo externo a nosotros mismos como un trabajo, una relación, etc. Nos cuesta registrar que estamos apoyados en una idea y eso nos genera un corte de circulación de energía a la altura del diafragma. La parte superior del cuerpo no funciona en armonía con la parte inferior y esto produce alteraciones funcionales. Se genera así un círculo vicioso de obturaciones que se traducen en rigidez, haciendo que el cuerpo pierda su pulso vibratorio natural.

En tanto disociamos cuerpo-mente y sólo pensamos desde un elemento pero no lo encarnamos, sostenemos ilusoriamente la energía desde la idea. Aguantamos con la parte superior del cuerpo generando cortes, tensamos los músculos de la espalda, cerramos la toma de energía de la tierra...Y entonces aparecen síntomas de falta de vitalidad versus sentido del deber.

En definitiva, sólo asimilamos y sostenemos la energía que nuestro cuerpo puede sostener y no lo que nuestra autoimagen desea. Sin una buena musculatura en los pies, piernas y un adecuado pulso vibratorio que regule el caudal de la energía del sistema, el proceso de integración de nuestra carta natal es fragmentario. 

En síntesis: es muy claro para nosotros que el juego "luz y sombra" de una carta natal, se ve en el cuerpo.