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Siglo XX y Ciclos Planetarios

La que sigue es parte de la reunión de cierre del año 2002, con reflexiones y propuestas de Eugenio y del equipo docente acerca de la tarea realizada (y la que aún resta realizar)
 

El objetivo que sintetiza todas las actividades desplegadas en Casa XI es aprender a ver patrones energéticosa través del despliegue de la realidad. Sin embargo, hay una inclinación a centrar este aprendizaje en el segmento histórico personal, en lo que llamamos habitualmente "la realidad de nuestras vidas". Y a desinteresarnos muchas veces de los sistemas espaciales y temporales más amplio –el de las naciones y más aún el del planeta mismo- que incluyen el despliegue de nuestras vidas personales.

Sin embargo, es evidente que no existe un aprendizaje astrológico profundo si no se despierta el "apetito incluyente"... O sea, si no empieza a vibrar en el astrólogo una brújula que lo incite a recorrer sistemas más amplios que ésos en los que se entrenó su percepción habitual.

El año 2002 comenzamos una tarea –antes confinada a la experimentación entre el equipo docente- destinada a indagar en la historia de la humanidad y a rastrear sus raíces "hacia atrás". Con un grupo de valientes pioneros –integrado por alumnos, egresados e invitados- se realizó una investigación inicial de los tránsitos y ciclos del siglo XX. Esta tarea se profundizará durante el 2003, a la cual invitamos a sumarse a quienes se sientan entusiasmados con esta propuesta. Para esto contamos ya con un conjunto de hipótesis con las que Eugenio Carutti, Olga Weyne y Mariano Quintás sintetizarán la investigación histórico- astrológica de los integrantes del seminario.


Eugenio Carutti: los que me conocen saben que cuando empiezo un proyecto nuevo, al principio no me gusta que tenga una forma demasiado delineada sino que prefiero que vaya apareciendo con el tiempo.

Este proyecto, por otro lado, nunca hubiera podido empezar sin cierta "desmesura" ... ¿Por qué? Porque las tentaciones son muy grandes cuando intentamos parcializar los hechos más visibles de una época, y además clasificarlos. Empezamos a decirnos "éstos hechos parecen corresponder a la fase de Plutón en Cáncer, estos otros al período en que Saturno transitó por Virgo...". Ni qué hablar cuando situamos las fases de Saturno en relación con Plutón, que suelen dar (y esto es empíricamente comprobable para cualquier astrólogo) los hechos más rotundos en geopolítica mundial. Pero éste no es nuestro objetivo.

Nuestro objetivo es aprender a percibir patrones en la historia de la humanidad.

Ver patrones no es establecer conexiones, sino ver recurrenciasrepeticiones... en definitiva, ver formas y para ello no hay mejor metodología que una mirada "desenfocada". Igual que con esos famosos dibujos holográficos, sólo si se aprende a mirar desenfocado aparece el dibujo subyacente.

Cuando en Casa XI estudiamos astrología o arquetipos, en realidad estamos aprendiendo a mirar patrones y para ello hay que aprender a desenfocar. Por lo tanto, para ver patrones hay que tolerar una instancia de caos, y sostener en un comienzo una abundancia de información que "no encaje" exactamente. Estar un tiempo así... hasta que el patrón se muestre.

Justamente, tolerar un grado inicial de caos creativo es lo que hicimos durante el 2002 con un grupo de alumnos y egresados de Casa XI y de investigadores de otras disciplinas, en el arranque de esta indagación sobre la historia del planeta. Pero si pudimos sostener de manera laboriosa y entusiasta este método –que para pautas más tradicionales resultaría incomprensible- es porque en su base hay algo muy familiar para un astrólogo. Cuando entrevistamos a un consultante, la tarea central es que "desenfoque" la manera como hasta ahora ha concebido su pasado, para que pueda ver a través de éste una nueva forma, una nueva estructura. Pero para que pueda percibir los patrones recurrentes que rigieron su vida, debemos primero "desordenarle" al consultante la manera como la relata, o sea, la manera cómo su conciencia ha realizado la construcción histórica de su pasado.

Si la Tierra fuera un consultante, le propondríamos lo mismo con su extensa historia. Esto es lo que empezamos a en este seminario, durante el 2002, y lo que nos proponemos continuar haciendo en años posteriores.

Podemos decir que hemos empezado a pesquisar indicios de la gran matriz cíclica del siglo XX, porque –tras una gran cantidad de información rastreada- aparecieron algunos patrones recurrentes indicadores de un "oleaje" que, por cierto, parece muy diferente al relatado por la historia habitual.

Durante este año 2003 y los sucesivos, nuestra idea es seguir rastreando de esta manera las raíces de la historia humana hacia atrás, o sea, sosteniendo esta aparente "maraña" investigativa. Esto implica aceptar que desde el punto de vista astrológico, los patrones registrados no nos proporcionarán el mismo tipo de respuesta que brindan las construcciones y relatos de la historia política, socio-económica o de la historia del pensamiento.

Una hipótesis de partida para este trabajo fue la siguiente: podemos decir que hay un movimiento en el cielo –en el sistema que incluye a la Tierra- que va cambiando los "climas" . Que esto se realiza según una pauta cósmica, no sólo humana, pero que a esta pauta también respondemos en la Tierra. Empíricamente, comprobamos que cuando ese "clima" estaba referenciado por una distancia tensionante entre Plutón y Saturno, por ejemplo, había al mismo tiempo una tensión muy alta en el planeta a nivel sociopolítico. O sea, que la respuesta en la Tierra a esa tensión "en el cielo", era similar.

Y como hubo muchas respuestas similares "en la Tierra" –ante una igualmente estimable repetición de tensiones "en el cielo"- parecemos estar ante un alto grado de previsibilidad de estas recurrencias.

Sabemos de cualquier manera que hay tantos tipos de ciclos, como niveles en los mismos; y que las reacciones no son tan mecánicas ni previsibles en todos ellos, especialmente cuando las respuestas no son tan masivas. Esto implica que -al mismo tiempo que en un nivel colectivo las reacciones son arquetípicas, y gatillan respuestas colectivas muy previsibles- hay individuos que elaboran temas que no son mecánicos sino más significativos, y eso introduce en la corriente mecánica "algo" bien creativo y diferente.

Por ejemplo: si estamos analizando corrientes de pensamiento, el hecho de que alguna persona esté de pronto captando "algo" -algún clima nuevo- e introduzca una idea nueva, no necesariamente iniciará una nueva respuesta mecánica masiva a ese clima. Pero será interesante de cualquier manera situar el momento en que ese registro novedoso tuvo lugar, para cruzarlo con su correspondiente "patrón" en el cielo. Quizá varios ciclos después –en la recurrencia de ese mismo patrón- la masa crítica de respuestas individuales acumuladas en la nueva dirección, empiece a mostrar de manera muy visible que "ha nacido" una nueva corriente de pensamiento.

Para llegar a dar cuenta de esta síncopa de la historia, donde se entreteje el nivel mecánico con las interrupciones creativas, deberemos pensar a futuro las hipótesis más sofisticadas. Distinguir las "líneas doradas del pensamiento", y al mismo tiempo darnos cuenta cuándo se producen los juegos de acción y reacción, son los temas que más se nos escapan. Las hipótesis que deberemos desarrollar estarán orientadas en este sentido

El Ciclo de Urano es el ciclo al que menos le hemos podido encontrar un patrón. Pero por otro lado, sabemos que si le encontramos un patrón a Urano... ¡ya no sería Urano! Es cierto que aún no hemos recorrido los ciclos de Urano-Saturno y Júpiter Urano, que quizás nos podrían dar otras pautas.

Sabemos que recorriendo los signos, dentro de un proceso, es posible percibir "olas" que se despliegan de cierta manera -podríamos decir, más superficial- y luego hay otras olas más profundas. Deslizándonos dentro de estas olas profundas, inevitablemente habrá remolinos. Por ejemplo, sabemos que si se juntan la "ola" relativamente superficial de Saturno en Cáncer, con la "ola" profunda de Saturno-Plutón, probablemente habrá guerra porque ¡hay mucha tensión -dice la ola profunda- y hay que definir estructura, dice la más superficial!

O sea que los "remolinos históricos" se ven claramente en la superposición de olas.

El otro factor, es que continuamente hay corrientes no demasiado visibles (porque son menos masivas, no son de procesos tan individualizados).

Quizás podemos hacer un paralelismo de la historia humana con el mundo vegetal. Hay flores que duran sólo una temporada; y puede ocurrir que en la historia existan procesos que duran sólo durante cierto clima de tensión. Y cuando el ciclo termina, ese fenómeno pasa a un segundo plano. Pero hay flores que incesantemente renacen cuando es el "tiempo propicio" para su floración.

Me parece que durante este 2003, con el aporte de los nuevos "investigadores" que se acoplen al proyecto, tendremos que seguir investigando en el sentido de continuar acumulando más información; pero creo que también deberemos seguir meditando y ahondando mucho más sobre estas hipótesis organizadoras, para que comience a haber mayor visibilidad en los hechos recopilados.

Para esto deberemos hacernos preguntas bien significativas. Por ejemplo, a mí me surge de manera acuciante la siguiente: si bien los arranques del 1er y del 3er ciclo de Saturno durante el siglo XX son muy claros, el arranque del 2do. ciclo no parece reflejar muy bien qué está empezando allí.

La otra pregunta que me aparece, ligada a lo anterior, es: ¿qué se estaba debatiendo profundamente en ese periodo de la Crisis del 30 y la 1ra Guerra Mundial ?… ¿Cuáles proyectos estaban siendo expresados más a fondo en ese comienzo, teniendo en cuenta que tanto § como ¨ estaban arrancando en Ý ? De hecho en el otro ciclo de § Â Ý tuvo lugar el "Mayo Francés" y la primavera de Praga, y vimos verdaderas oleadas. Quizá el problema haya residido en que Hitler "se robó toda la forma" saturnina del ciclo y entonces resulta más difícil percibir la forma global de este inicio.

Así como ésta, tenemos muchísimas otras incógnitas a resolver.

Si me preguntan, realmente pienso que éste es un seminario que durará por lo menos diez años, porque tenemos muchos vacíos a investigar, así como ciclos completos de los que sólo hemos visto los aspectos duros (y debemos aprender a ver los puntos intermedios y los trígonos y sextiles también).

Pienso que debemos aceptar que estas olas de la historia son climas, son reacciones, son hilos dorados en los que están implicados siglos para atrás. Seguramente muchos interrogantes del Siglo XX nos van a remontar al pasado. De hecho, así sucedió ya varias veces durante este arranque.

Entonces, como dije al principio, creo que debemos movernos con la conciencia de que la excesiva claridad en estas etapas de arranque es peligrosa. Dejemos por el momento que el hemisferio izquierdo se sature de información, porque luego el hemisferio derecho va a dar la respuesta. Porque, obviamente, ver patrones es una función más del hemisferio derecho que del izquierdo, y debemos desorganizar las construcciones del izquierdo para que aparezca la visibilidad del otro lado.

Hemos ido comprendiendo lentamente que tras los comportamientos individuales hay una dinámica cíclica que gobierna los acontecimientos. Hoy toda teoría psicológica da cuenta de qué es lo que está por detrás de la conducta, aunque ninguna de ella llega al grado de simbolización externo-interno de la astrología.

Pero no hay un equivalente en la historia. No sabemos todavía qué es lo que hace historia -historia de la humanidad, de las naciones- porque no sabemos quién es el sujeto aquí.

Desde la analogía, hay una dinámica cíclica colectiva global, que es la que genera las conductas colectivas. Y de alguna manera los ciclos leen la dinámica de esta reparadora psiquis colectiva, de éste sujeto profundo. Pero es muy difícil darle entidad a las naciones y a las civilizaciones, como elementos separados. Todavía no podemos verlos como aspectos distintos de una misma identidad.

Todavía la historia de China va para un lado, la del Islam va para otro y la de Occidente para otro… En la medida en que esto esté separado, para nosotros, quedará limitada la potencia interpretativa cíclica, porque es como una carta natal individual: lo cíclico da cuenta de las contradicciones. Pero sólo tiene sentido profundo cuando los hechos externos "leen" la dinámica.

En los hechos históricos, nosotros todavía no hemos llegado a captar que las tensiones entre civilizaciones probablemente sean contradicciones internas del espíritu humano.

Mariano: por ejemplo: cuando con Saturno-Plutón vemos los conflictos de los musulmanes con occidente, inmediatamente nuestra interpretación es ver a los musulmanes como la sombra de occidente… No llegamos a analizar lo inverso…

Eugenio: claro, pero el hecho es que no sabemos cómo son los interiores y exteriores de ésta historia; cuáles son los núcleos cíclicos contradictorios que se han desarrollado en la humanidad. Ciertos niveles de identificación que son estructuralmente antagónicos y complementarios con otros, y que la historia los lleva a hacer chocar.

Una cosa es ver la guerra como un conjunto de reacciones inmediatas, y otra cosa es verla como núcleos cíclicos humanos que deben chocar sí o sí, para aprender uno del otro, para fusionarse y alquimizarse uno con el otro. Esta es la parte de entrenamiento que más nos cuesta. Lo mismo nos pasa con astrología: cuando la luz sale, no ve la sombra, hasta que uno no relata la historia del otro lado (y se ve totalmente distinto). Hasta que no ocurre esto, uno no tiene una perspectiva correcta.

Un punto, por ejemplo, sería aceptar que las guerras son una vía alquímica. Imaginar las guerras como alquimias, es ver la historia totalmente desde otro lado. Las guerras son vías donde la gente se odia, y los individuos y los grupos son llevados a entrechocar y a fundirse unos con otros.

Lo mismo pasa con la psicología: cuando uno se encuentra con la sombra, la actúa y dramatiza toda una parte que hasta ese momento estaba negada y hasta desconocida. Hay una pelea y recién luego aparece la alquimia. Profundizo este circuito porque durante la continuación de esta investigación -si no cuestionamos mucho más a fondo la manera habitual de "ver" la realidad- llegará un momento que la información no nos hablará más.

Hay algo "unitivo" que busca la guerra, como única manera posible. Es análogo a eso "unitivo" que en la psiquis individual busca el conflicto y busca "la desgracia" como única manera de poder tomar contacto con partes que no sabrían tomar contacto entre sí, de otra forma.

Mariano: lo interesante es observar qué habilita esa "desgracia". Por ahí una guerra en un rubro parece una catástrofe, pero quizás en otro "rubro" habilitó otro movimiento.

Eugenio: por ejemplo el horror de la guerra, el descenso del lado masculino de la humanidad, produjo un crecimiento del lado femenino. Ahora bien, por efecto de masa crítica. ¿cuántas veces sucede esto? El siglo XX es el siglo de más muertos y más guerras, por otro lado es lo que necesita la especie para "verse" en algo y sensibilizarse...

Olga: estaba pensando cuánto sirve también el Siglo XX para revisar la historia del pasado, precisamente por ser el "siglo del registro". Esa enorme cantidad de información –que por un lado es un límite porque nos abruma al intentar clasificarla- es por otro lado uno de los costados más posibilitantes del siglo, porque a través de ella hoy podemos recapturar procesos que en el pasado quedaron encapsulados e ignorados; o sólo superficialmente descriptos. Cabe sospechar que en siglos anteriores también haya sucedido lo mismo en materia de crueldad de lo humano... sólo que en otra escala numérica, y por otro lado con una técnica del registro que no permitía almacenar tantos testimonios. Durante la famosa historia de la quema de "brujas" del Siglo XVII, hoy podemos ver como algo obvio que el lado femenino se había encriptado y que se expresó como "oscuro" porque era imposible mostrar una alternativa tan radical a las creencias religiosas dominantes. Pero esta historia recién se pudo reivindicar en el siglo XX, al poder contarse con testimonios abrumadores sobre los excesos de las "cazas de brujas" contemporáneas. O sea que esa masa crítica documental es también indispensable para que lo humano "se vea" y pueda confrontar con su sombra.

Eugenio: bien pero ¿qué parte de lo humano habla en cada caso, o históricamente, en cada etapa? El inconsciente sabe algo y alguien lo dice pero al principio tan limitadamente, que es como cuando alguien se despierta después de soñar algo que lo conmovió mucho. Eso que dice, acerca de lo que soñó, anuncia el proceso psíquico profundo, pero en ese momento la persona hace del mismo una lectura estrafalaria.

En realidad, muchas corrientes de ideas ligadas a una cierta época, son oscuras interpretaciones de una dinámica profunda que está emergiendo. Por ejemplo: uno ve que un individuo ayer se despertó a las 15 hs. y leyó la noticia sobre la muerte de Galtieri; entonces, se pone a pontificar acerca de lo sucedido durante el proceso militar. Luego lo agarra su psicoanalista, raspa un poquitito y le dice: "en realidad, lo que a usted le está sucediendo es esto."

Ver de esa manera los escritos testimoniales, los saca de la tarea ideológica y los convierte en otra cosa: en oscuros síntomas de otra dinámica .

Olga: en realidad, a los historiadores siempre les preocupó la inseguridad en la evaluación de los testimonios. Siempre se dijo que cuando uno evalúa un documento histórico hay que tomarlo con "pinzas" ya que: ¿qué garantías hay de que el testigo que lo produjo sea confiable, o que a pesar de ser confiable no haya efectuado una selección o un reduccionismo de lo que vió? Lo que no se entendía era que, de cualquier manera, la "mirada objetiva" no existía en sí misma, y que todo testimonio albergaba una parte sombría... Recién incorporando el concepto de lo inconsciente a la producción de los testimonios, esto deja de ser considerado "un defecto", y la narración histórica se empieza a enriquecer un poco más (con la llamada "historia de las creencias o de las mentalidades", por ejemplo). Pero donde aún no se termina de indagar, en la historia académica, es en el juego compensatorio de los grandes factores históricos. O sea, se le sigue dando protagonismo a la supuesta voluntad de los actores visibles, y se ignora el peso de los actores "sombríos"...

Eugenio: uno podría decir: ¿es posible concebir una Era de Acuario con el principio femenino sombrío? Porque para que haya redes, debe haber un cierto equilibrio entre los principios femenino y masculino. Por lo tanto es necesario, para el proceso, que haya grandes conflictos donde hay más sometimiento de lo femenino, y que se rompan tramas y lazos culturales que permitan que emerja algo que, sino, no emergería jamás.

Mariano: es lo mismo que cuando hacemos astrología personal para entender la lógica del destino. Cuando nos preguntamos por qué vienen ciertas escenas y situaciones de destino, debemos conectar cosas que, al principio, el pensamiento no articula como interconectadas, las tiene como encajonadas en partes diferentes. Aquí, en la lectura de lo histórico, debemos hacer algo similar.

Eugenio: supongamos que queremos explicar la historia desde el punto de vista de la lucha de clases. Para tener una posiblidad re-ordenadora también habrá que soltar este punto de vista muy rápidamente, porque sino se construirá el proceso como teoría interpretativa, que no es lo mismo.

Creo que esta investigación sólo será posible si podemos convocar cierta cantidad de disciplinados investigadores, que al mismo tiempo puedan soportan un umbral considerable de caos y de incertidumbre. No tratar de "cerrar" inmediatamente, porque si el fruto aparece rápido... ¡no es!

La manera de encarar esto tiene que ver con muchas metodologías de Casa XI. En primer lugar, con un espíritu grupal que perdure en el tiempo, y que permita colaborar unos con otros para que se desarrollen múltiples puntos de vista.

Todavía nos preguntamos qué es lo que hace historia, o qué cualidades tienen algunos hechos humanos para ser clasificados –y recordados- como históricos. Aún no hemos evaluado suficientemente si las tensiones entre civilizaciones reflejan o no, o hasta qué punto, las contradicciones internas del espíritu humano. Los invitamos a integrar este equipo de investigación grupal para –usando el poderoso instrumento de los ciclos astrológicos- profundizar algunas de estas hipótesis acerca de la misteriosa síncopa de la historia.